
Últimamente, me he dado cuenta de que utilizo mucho el verbo simplificar. Supongo que llega una edad o una etapa de tu vida en la que lo que deseas es que las cosas sean más sencillas y dejar de complicarte la vida tanto. Veamos 5 maneras de simplificarnos la vida.
Dice el diccionario que el significado de simplificar es hacer más sencillo, más fácil y menos complicado algo. Al parecer el origen (latín) de este verbo está en la unión del adjetivo, simplex y el verbo, facere o lo que es lo mismo hacerlo simple. Vamos que más claro el agua.
Pero, ¿Cómo se hacen las cosas de manera más simple o cómo se llega a la simplicidad?.
¡Quién tenga la fórmula que la comparta!, por favor.
Bueno, a parte de esta broma hay muchas cosas que podemos hacer cada día para que nos resulte todo un poco más sencillo y menos trabajoso.
Estas ideas que voy a compartir con vosotros son las que intento aplicar a mi día a día en el intento de simplificarme la vida. Lo cierto es que si te pones a darle vueltas a la cabeza hay un montón de actos, acciones o costumbres que nos ocupan tiempo y esfuerzo, sin que nos den un resultado positivo. La cuestión está en pensar en que podemos hacer para tener una vida más sencilla.
Simplificar, significa vivir tomando conciencia del tiempo y del espacio en el que habitamos.
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5 maneras de simplificarnos la vida.
Menos cosas
Esto es un clásico en las publicaciones que dedico al tema de la organización de la casa. La idea de tener menos cosas significa ahorrarte trabajo, esto es matemático. Porque la realidad es que todas las cosas que tenemos en casa requieren esfuerzo para que se conserven en buenas condiciones.
Así que cuantas más cosas tenemos, más tiempo debemos invertir en las tareas que implican cada una.
El vínculo que nos ata a las cosas cuesta romperlos, pero cuando lo haces hay un antes y un después increíble.
Antes no era consciente del tiempo que dedicaba a cada cosa que poseo y la cantidad de acciones relacionadas con cada una de ellas que realizaba. Pregúntate si merece la pena invertir tu tiempo y tu esfuerzo en objetos que encima te están ocupando espacio. Además de dejar de engañarte creyendo que necesitas cosas, que en realidad no necesitas.
Menos ropa
Cuántas veces te has puesto frente a tu armario y te has preguntado: ¿Qué me pongo, mañana?. Con un armario a reventar de ropa y tú con la sensación de no tener nada que ponerte. Está comprobado, esto te lo digo porque lo he vivido en mis carnes, que es proporcional la cantidad de prendas que hay en tu guardarropa con que tú pienses que no tienes nada que ponerte.
Quizás estás tan feliz con tu armario hasta los topes. Pero por experiencia se que no debería ser un saco sin fondo donde no encontramos nada. Sino un espacio donde disfrutar a la hora de elegir la ropa sin tener que esforzarnos más de lo normal en encontrar lo que buscamos.
En el armario, solo deberíamos guardar aquellas prendas que nos favorecen .
Hubo un día en que fuí consciente de que la cantidad de prendas que había en mi armario acababan por no permitirme encontrar lo que buscaba. Prenda que quería ponerme desaparecía debajo de otra y no lograba encontrarla ni por asomo. Además tenía esa sensación de la que te hablaba antes: el no tener que ponerte, al día siguiente.
Entonces entendí que tenía que hacer algo y empecé a sacar prendas de él. De esto surgió mi Reto 4 días para tener un armario que se adapte a ti día A partir de ese momento encuentro lo que busco y mantengo mi armario en orden.
Menos pensamientos
Con esto me refiero ,básicamente, a los pensamientos negativos que nos ocupan un montón de espacio en nuestro cerebro. Y encima nos dañan.
Siempre he presumido de tener buena memoria, de acordarme de todo. Con el tiempo me he dado cuenta de la cantidad de información que guardamos en nuestro cerebro que no sirve para nada.
Yo era mucho de llevar para alante (como decimos por aquí) lo que me concernía a mí y lo de los demás. Era una sobrecarga de obligaciones y pensamientos que nadie me había pedido que tuviera, pero que yo cargaba sobre mis hombros. Además, trato de no poner esfuerzo en esas cosas que no están en mi mano cambiar y dedicar ese tiempo y energía en las que si puedo modificar.
Hace algún tiempo que decidí intentar dejar de guardar información inútil en el disco duro de mi cerebro y dejar de acordarme de cosas que no merecen la pena recordar.

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Menos obligaciones
No quiero decir que dejes de hacer lo que tienes que hacer. Eso sería una irresponsabilidad. Me refiero a que son numerosas las veces que nos hacemos cargo de obligaciones que no son nuestras. Venga confiesa, cuántas veces has estado pendiente de cosas que no te concernían y al/la que le concernía no estaba pendiente de ello.
Lo que os comentaba antes, te haces responsable de lo que no deberías hacerte. Yo soy de las que tienen un gran sentido de la responsabilidad lo que hace que me cargue con lo mío de una manera exagerada. Al menos ahora trato de controlar el no responsabilizarme de lo que no me incumbe.
Menos listas
Que te recomiendo las listas para organizarse, ya lo sabes. Para mí es un básico que utilizo en cuestiones como organizar la maleta, la compra y en mi trabajo, por supuesto.
Como te digo son de gran ayuda, pero no cuando se convierten en listas interminables donde apuntamos tantas cosas por hacer que se vuelven incumplibles.
De no ser que el día tenga 48 horas en lugar de 24 no pongas en tu lista lo que no puedes hacer, porque lo único que te generará es agobio y frustración por no lograrlo. Las listas son para ayudarnos a decidir qué es lo urgente, qué es lo importante, qué hacemos antes o qué después o para apuntar cosas para que no se nos olviden y descargar nuestra mente.
¿Qué haces para simplificarte la vida?, ¿Me lo cuentas?.
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Cristina, Consejera de orden y visual merchandiser. Autora de Aligera tu casa Simplifica tu vida y 5 Semanas para ordenar tu casa.
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