
Este es el último de los posts dedicados al Reto 9 semanas para tener tu casa organizada .Si en el anterior fijamos conceptos,en esta última publicación hablaremos de hábitos y costumbres que harán que el orden se mantenga fácilmente.
Lograr que se mantengan las cosas en orden es posible. Eso sí, hay que ponerle atención y constancia. Al principio supondrá un esfuerzo asimilar nuevas costumbres o mejorar ciertos hábitos, pero antes de darnos cuenta formará parte de nuestra rutina habitual.
En una publicación pasada que dediqué a cambiar los (malos) hábitos hablaba de que lleva su tiempo conseguirlo. Pero, que lo principal es creer que se puede lograr y hacerlo poco a poco con el convencimiento de que es posible.
La cosa es no querer ni creer que los hábitos o costumbres que tenemos asimilados desde hace tiempo se pueden cambiar de la noche a la mañana. Ni querer cambiar varias costumbres de una vez es positivo ni siquiera es necesario. Concéntrate en cambiar una y las demás irán detrás a su tiempo.
De hábitos y rutinas va la cosa.
La paciencia es el alma de la ciencia.
Poco a poco, pasito a pasito se consigue todo. Teniendo paciencia y siendo perseverantes todo llega. Reorganizar la casa, tal y como hemos ido viendo durante estas semanas, supone un esfuerzo. No solo físico por lo que supone sacar y examinar lo que guardamos en cada habitación. Sino psicológico al deshacerte de tantas cosas que has ido guardando durante años. Sobre todo esas que te atan a recuerdos o a momentos.
Se que ha supuesto para ti un ejercicio de desapego que no estamos acostumbrados a hacer. Porque la realidad es que nuestra vida está demasiado condicionada a los objetos que guardamos y nos creemos incapaces de vivir sin algunos de ellos. Ya te habrás dado cuenta de que si puedes deshacerte de ellos y que te sientas liberada si lo haces.
Las cosas, cosas son.
Muchas veces he mencionado la frase de que las cosas,cosas son. A mí también me cuesta deshacerme de ciertas cosas, no os puedo engañar ni deciros lo que no es. Si lo hiciera sería deshonesta conmigo misma y con vosotros/as.
Pero, lo que es cierto es que he superado con esfuerzo ,claro está, ese momento de pensar que todo me puede valer o que tarde o temprano lo acabaré por necesitar.
Después de reorganizar tu casa hay un antes y un después respecto a tu enfoque hacía lo que guardas. Lo se porque he vivido esa experiencia en 1ªpersona, sino la hubiera vivido en ningún momento y hubiera aprendido de ella. No te podría haber dado indicaciones ni recomendaciones sobre orden. Por eso te insisto tanto en que guardar lo que no se usa o tener tantas cosas accesorias nos da más trabajo que beneficios.
Mira lo que haces y cómo lo haces.
Muchas veces no somos conscientes de que haciendo las cosas de una determinada manera puede que no las estemos haciendo bien. Si no te percatas de cómo lo haces no podrás mejorarlo, si no te paras a observar como haces las cosas no podrás cambiarlo.
Las prisas no son buenas consejeras. Párate y observa, seguro que ni te habías dado cuenta de que con ese hábito que tienes no logras nada y encima estás perdiendo el tiempo. Mira cómo puedes lograr economizar tiempo y esfuerzo en las tareas. Si necesitas mi asesoramiento ya sabes donde me tienes.

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Cambiando pequeños hábitos.
Al principio tendrás que ser muy consciente de cómo haces las cosas, poniendo los cinco sentidos. Pero, con los días se convertirá en algo automático, lo harás sin apenas tener que pensarlo. Porque nuestro cerebro en cuanto tiene ocasión y lo acostumbras se pone en modo automático. Y las tareas salen solas, sin tener que pensarlas.
A lo largo del día hay actos que mejoran o empeoran el mantenimiento del orden en casa. ¡Observa!.
En la publicación sobre planificarse las tareas de la casa recomendaba poner por escrito todas las rutinas que conlleva una casa. Porque, también es la manera de implicar a todos los habitantes de la misma, haciéndoles conscientes de lo que es tener una casa organizada.
Posiblemente, más adelante no necesites ni mirar lo que toca hacer cada día porque todas las rutinas las tendréis automatizadas.
Pequeños hábitos hacen grandes costumbres.
Si haces la comida y recoges la cocina nada más acabar no se te acumulará el trabajo. Sino se te acumula el trabajo, te apetecerá más estar en la cocina y puede que te apetezca ser más creativa a la hora de hacer el menú.
Todo influye.
Si cuando os ducháis dejáis todo recogido ( las toallas al toallero y la ropa al cesto) o si le pasas un paño al lavabo cuando lo terminas de usar. Sin darte cuenta se irán manteniendo las cosas, sin tener que darte atracones de fregar y recoger.
Si la ropa recogida del tendedero la doblas nada más recogerla sin dejarla apelotonada en el cesto, tendrás que planchar menos.
Si, según vas doblando la ropa creas montones según el propietario de la misma, ahorrarás tiempo.
Si dejas preparada tu ropa por la tarde/noche sin dejarlo para el día siguiente cuando estarás tan dormida que acabarás por desordenar el armario. Ahorrarás tiempo y esfuerzo de volver a reorganizar el armario.
No dejes que se te acumule el trabajo, ve haciendo pequeñas tareas que acabarán haciendo un todo.
Todos estamos cansados cuando llegamos a casa por la tarde/noche y lo que nos apetece es tirarnos en el sofá. Si vas manteniendo las cosas en orden podrás permitirte el lujo de tener ese pequeño rato para ti y no tener que estar organizando la casa hasta que te caes de sueño.
Simplifica la cantidad de productos que usas.
En la cocina y en el baño acumulamos un montón de productos que no solo ocupan espacio, sino que la mitad ni usamos ni sabemos que están ahí.
Para la cocina compramos productos para todo, nos encanta probar ese producto nuevo que nos va solucionar la vida. Pero, que al final se queda en un rincón del mueble sin utilizar porque no era la maravilla que esperábamos. Que si el antigrasa, el limpiametales, el limpiacristales, el lavavajillas y un largo etcétera de líquidos de todo tipo. Simplifica los productos que usas y mantén solo los que te son de utilidad.
Lo del baño es un caso aparte. Entre las muestras que guardamos para alguna ocasión que nunca llega, los productos para el pelo, las colonias, cremas varias y el montón de accesorios. Simplifica y reduce los productos que usas. Menos productos, menos trabajo y menos espacio ocupado. Simplifica tu armario dejando de guardar ropa que no te vale y podrás encontrar las prendas con más facilidad. Reduce el número de cajas y deja de creer que te ayudan a mantener las cosas en orden. Guarda lo que usas y no escondas las cosas en ellas.
El orden es la herramienta que te simplifica la vida.
Espero haber puesto mi granito de arena para que tu casa esté más organizada.
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Cristina, Consejera de orden y visual merchandiser. Autora de Aligera tu casa Simplifica tu vida y 5 Semanas para ordenar tu casa.