Tratando de comprender el porqué nuestras casas están repletas de cosas y aún así seguimos queriendo tener más, llegué a esta conclusión. El ciclo consumista en el que estamos inmersas hace que nuestro deseo de poder tener más y más cosas no se calme nunca. Es difícil zafarse de esta espiral de consumo para tratar no solo de tener menos sino de necesitar menos. Veamos 3 Claves del porqué no paramos de comprar y acumular cosas
La producción en masas y la democratización del diseño nos han traído la acumulación. Poder acceder a todo tipo de cosas a un precio asequible y accesible para la mayoría de las personas ha ido llenando cada rincón de nuestra casa. No está en mi ánimo criticar (al menos en este post) este modo de vender y consumir, ni el que sea tan fácil para el consumidor común acceder a tantos y variados tipos de cosas. Porque eso sería entrar en otros temas complejos, como cuál es el impacto laboral y medioambiental al fabricar las cosas y la huella que dejamos como consumidores.
Sólo trato de hacer un retrato de nuestra manera de vivir para entender el porqué cuantas más cosas tenemos más cosas queremos. Lo cierto es que hemos saturado nuestra casa, nuestra vida de cosas necesarias, pero, también de muchas, muchísimas innecesarias. La mayoría de las veces nos autoconvencemos de que las necesitamos, aunque en el fondo sabemos que el tanto por ciento de cosas que usamos con frecuencia es muy bajo.
Hay más claves para entenderlo, pero hoy te daré 3 Claves del porqué no paramos de comprar y acumular cosas.
3 Claves del porqué no paramos de comprar y acumular cosas.
1. Nuestro entorno nos hace vivir de esta manera.
Este modo de vivir nuestro hace que cuanto más tenemos más deseamos tener. Poder permitirte comprar cuantas más cosas mejor, parece ser sinónimo de éxito. El tanto tienes, tanto vales tiene mucho peso en nuestra sociedad y hace que estemos en una carrera continua por conseguir tener más y más cosas. Aunque quieras apartarte de ese camino, aunque quieras ser de los que no miden el logro por lo que pueden comprarse. Inevitablemente, lo haces. Es difícil no acabar deseando tener lo que tiene tu vecino o lo que has visto que tienen en las casas de esas cuentas de Instagram que sigues.
Se tarda en hacer un cambio de mentalidad hasta dejar de sentirte influenciado por lo que te rodea, por lo que ves, por lo que dicen que debes tener. En mi opinión estamos muy supeditados a lo material, a tener y a comprar cosas. Pienso que lo superficial. lo superfluo ocupa demasiado espacio en esta sociedad. Y cuando no consigues todo eso que se supone que debes lograr acaban por aparecer la frustración y la infelicidad. Cuantas más expectativas tengamos mayor es la posibilidad de no alcanzarlas. Para no sentirnos ni frustradas ni infelices tenemos que ajustarlas y acomodarlas a nuestra realidad personal. Sólo así dejaremos de sentir que estamos en una carrera hacía delante por conseguir, por lograr, por tener, por permitirte,…
A pesar de que muchas personas, en las que me incluyo, tratamos de vivir una vida más sencilla en la que necesitar menos, estamos expuestas a tantos estímulos a diario que nos invitan a lo contrario que debemos estar en una continua lucha por querer tener menos.
Pasar de querer tener más, por el simple hecho de tener, a decidir que quieres tener menos no es cuestión de días, de meses o de años, es cuestión de tomar esa decisión. Lo que supone hacer cambios o ajustes, como prefiero decir, en tu modo de vivir. Según yo lo veo y lo siento llenar nuestra vida de cosas no hará que nos sintamos ni más completas ni más satisfechas. Por una sencilla razón:
Cuanto más tienes, más quieres.
Para mí vivir más sencillo implica no necesitar tanto. En mi intento de entender este estilo de vida nuestro en el que aún siendo conscientes de que la acumulación de cosas nos complica la vida, reflexioné largo y tendido para llegar a encontrar cómo hacer posible aligerar nuestra vida. Mi objetivo era idear un plan para conseguir vivir de una manera más sencilla y ligera., de ahí surgió mi libro Aligera tu casa. Simplifica tu vida.
Desde mi perspectiva cuanto menos necesites, más fácil será acomodarte si en un momento dado las cosas no te van tan bien. Sin embargo, cuanto más necesites, más trabajo te costará y más frustrante será.


2. El miedo a elegir y escoger nos frena.
Cuando tomas la decisión de vivir una vida más ligera te planteas que eso pasa por tener menos cosas. Liberarte de cosas y aligerar tu casa no es tarea fácil, lo sé de primera mano. No lo es porque hay un freno poderoso que aparece, el miedo a equivocarnos al escoger. Puede que te parezca exagerado, tal y como lo estoy planteando, pero:
Que en un futuro podamos arrepentirnos de habernos deshecho de algo, nos preocupa y hace que no lo hagamos. Por supuesto, que puede llegar un instante en el que nos acordemos o queramos usar tal cosa y veamos que ya no está. Y la pregunta es: ¿Qué crees que puede pasar si llega ese momento?. Y la respuesta es. Nada, no pasará nada.
Extracto de mi libro Aligera tu casa. Simplifica tu vida.
Tal y como escribo en mi libro:
Decidir trae consigo tener que escoger lo que puede situarnos ante el miedo de equivocarnos al elegir. Y ese temor es el que nos frena, es el que nos hace vernos en un futuro ante el “grave error” de habernos deshecho de algo que podamos necesitar. Pero, tenemos que pensar en cómo nos afecta en el presente, guardar cosas de las que puedes prescindir y no lo haces ante esa posibilidad. Cómo te afecta cuando guardas lo que no usas ni necesitas porque temes equivocarte al decidir...
Te invito a leer mi libro, pincha en este enlace.

3. La asumida costumbre de batallar a diario por mantener nuestras cosas en orden.
Adquirir un hábito nos cuesta, de esto ya te he hablado en varios post. Sin embargo, no “parece costarnos” (como imaginarás lo digo con ironía) haber tomado como costumbre luchar a diario por mantener en orden nuestras innumerables cosas. Solemos quejarnos de lo pesado que resulta tener nuestra casa organizada. De lo cansado que es ordenar y volver a ordenar el cajón de las camisetas, el cajón del material de oficina, el estante de los jerseys o el de los utensilios de cocina.
Es una costumbre que tenemos bien interiorizada y asumida. Una situación conocida que a pesar de que no nos gusta, nos cuesta cambiarla. Pero, la realidad es que vivimos muchas situaciones que aún resultándonos agotadoras e incómodas, preferimos seguir viviéndolas. La idea de hacer las cosas de otro modo o de intentar cambiarlas, nos da pereza hasta puede que temor. Bueno, esto es bastante normal preferimos quedarnos en lo conocido, ya sea bueno, malo o regular. Antes que enfrentarnos a un cambio.
Cuando buscamos la simplicidad tenemos que eliminar lo innecesario hasta quedarnos con lo esencial. Cada una sabe lo que es esencial en su vida y debe averiguar qué es lo que sobra o es accesorio. Hoy te he contado 3 claves del porqué no paramos de comprar y acumular cosas, otro día te daré más.

Cristina, Consejera de orden, visual merchandiser y creadora de ordenyespacios.com
Autora de Aligera tu casa Simplifica tu vida y 5 Semanas para ordenar tu casa.
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