Organizando el dormitorio adolescente

En esta 7ª Semana del Reto 9 semanas para tener tu casa organizada nos estamos centrando en los dormitorios juveniles e infantiles. Para un adolescente su habitación es el espacio donde desarrollar su individualidad. Su cuarto se convierte en el refugio donde proyectar ideas, donde afianzar su personalidad y dejar volar su mente.

La adolescencia es una etapa donde deseamos expresar lo que pensamos, en la que nuestro carácter se va afianzando y definiendo como tal. En la que muchas veces queremos ir contracorriente. Llevando la contraria o haciendo lo que nos han dicho que no debemos hacer.

Recuerdo cuando era adolescente era una persona tímida y muy reservada ( en menor medida lo sigo siendo). Pasaba mucho tiempo entre las cuatro paredes de mi dormitorio expresándome a través de lo que más me gustaba que era dibujar. También, devorando libros sobre los que iba construyendo mi personalidad y escuchando música.

Mira a través de sus ojos

Es una etapa donde no nos gusta que nos sigan tratando como niños, en la que necesitamos ser escuchados y expresar nuestra manera de pensar. En mi caso era de ese montón de adolescentes introvertidas de pocas palabras, pero con mucho mundo interior.

Teniendo en cuenta todo esto a la hora de reorganizar el cuarto adolescente, tenemos que implicar a nuestros hijos desde el principio hasta el fin. Teniendo en cuenta como son y lo que necesitan para sentirse ellos mismos. Hay que llegar a un acuerdo mutuo. Las dos partes tienen algo que decir y debéis escucharos el uno a la otra y la otra al uno, y viceversa. Entrégale la responsabilidad de ser el dueño/a de su refugio, haciéndole ver todo lo que implica.

Crear un refugio

Nuestros hijos adolescentes no son inmunes al ajetreo del mundo actual, es más son especialmente sensibles a lo que pasa a su alrededor. Aunque, a veces, hagan como que pasan de todo y les de igual una cosa que otra.

En ese sentido debemos ayudarles a crear su propia burbuja del mundo exterior. Transmitiéndoles que su habitación puede convertirse en su santuario, donde retirarse. Pero, no donde esconderse. Su dormitorio tendrá varias áreas fijas, como la de almacenar, la de estudiar o la de dormir. Pero, también otras que tienen que ver con sus hobbies, aficiones y gustos.

Dales la responsabilidad

En el momento de reorganizar su habitación para adaptarla a la nueva etapa de vida debemos entregarles responsabilidades. Si estás en el momento de renovar su habitación siéntate con él/ella y decidid juntos cómo hacerlo. Qué cosas se pueden cambiar o qué otras se pueden renovar (con un cambio de pintura, por ejemplo) e integrarlas en el nuevo estilo de la habitación.

Puede que con un cambio de textiles y un nuevo color de pared la habitación quede como nueva. O una renovación de los muebles con un cambio de color.

Pensar en cómo reorganizar el espacio y en cómo readaptar el mobiliario a sus nuevas necesidades le hará sentirse útil. Se sentirán orgullosos de haberlo hecho ellos mismos. Además,esto puede afianzar vuestra relación y acercaros mucho más en una etapa tan complicada como es la adolescencia.

Podéis acordar un presupuesto al que deberá adaptarse. Esto puede ser una valiosa lección para el futuro en la que aprender a organizarse y saber lo que cuestan las cosas. Sabiendo de qué manera se le puede sacar más provecho al espacio y cómo exprimir el dinero con el que cuentan.

Aprendiendo a personalizar

El gusto de nuestros hijos va madurando a medida que crecen. Lo primero que debes tener claro es que ellos deben participar en todo el proceso. Sino, será totalmente imposible que funcione. Tienes que aceptar que sus gustos no tienen porqué coincidir con los tuyos y que habrá cosas que no te gusten. Tú puedes ceder adaptándose a sus gustos a cambio de que ellos se comprometan a mantener el orden.

Constance Zahn

Creando espacios

En su cuarto hay que definir tres áreas: Dormir/relajarse, almacenar y estudiar.

La de dormir, está clara y no hay mucho donde rascar. Un colchón cómodo y firme, algunos cojines para echarse a leer, escuchar música o hablar por teléfono. Si hay poco espacio lo mejor es crear una zona de estudio debajo de una cama en alto.

La de relajarse puede que sea la misma cama (colocando más cojines a modo de sofá) o que tengan la posibilidad de tener un puff o un pequeño sofá donde recibir a sus amigos.

En la zona de estudio, una mesa de 100/120 será suficiente y una silla ergonómica (su cuerpo se está desarrollando). Al lado una cajonera donde organizar todo lo que necesiten y así dejar la mesa despejada de cosas. Mientras más limpias y recogidas estén las superficies mucho mejor. Y si cuentas con poco espacio en horizontal añade estantes en la pared para aprovecharlo en vertical.

En cualquier espacio de trabajo o estudio mientras menos objetos y elementos haya por medio, mejor. Nos distraen y no nos dejan concentrarnos. No soy muy amiga de las televisiones en los dormitorios, pero esto es una opinión personal.

Constance Zahn

Antes desechar

La acumulación de cosas forma parte de nuestro día a día. Nos peleamos ,continuamente, por mantener todo eso en orden. Sin pensar en que sería más fácil si tuviéramos menos cosas y ,sobre todo, si esas cosas fueran solo las que utilizamos.

Desde pequeño hay que enseñarles a desprenderse de lo que no se usa, de lo que no nos vale, de lo que se nos queda pequeño. Que lo que nosotros no usamos puede ser utilizado por otra persona que no tiene la posibilidad de tenerlo. Enseñarles a no atar tan fuerte los lazos que nos atan a las cosas.

Manteniendo el orden

Si dijimos que a los niños hay que ponérselo fácil para que no salgan con ninguna excusa a la hora de mantener su cuarto en orden . A los adolescentes más de lo mismo. Desde pequeños hay que hacer que interioricen, hábitos como el de desvestirse y llevar la ropa sucia al bombo. Recoger la ropa limpia en su lugar o dejar la cama hecha antes de salir.

Hay que ponerles las cosas sencillitas. Por ejemplo, si queremos que recojan la ropa sin rechistar. Su armario debería estar diseñado y organizado de manera que no tengan dificultad para meter la ropa en los cajones o colgar en la barra.

Nuestros hijos nos imitan y si ven que nosotros no lo hacemos no lo harán. Hay que predicar con el ejemplo. No podemos pedirles que hagan lo que nosotros no hacemos y menos a un adolescente. Porque te echará en cara que le pides lo que tú no haces.

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Cristina, Consejera de orden y visual merchandiser. Autora de Aligera tu casa Simplifica tu vida y 5 Semanas para ordenar tu casa.

 
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