13 cosas sencillas de las que disfrutar

Vivimos sometidos a horarios de trabajo, de clases, obligaciones y más obligaciones que nos sumergen en un remolino de rutinas, repetidas cada día. Estableciéndonos hasta los minutos necesarios para las actividades que se supone que nos desestresan como leer un libro o ir al gym.

En resumen, acabamos dejando de disfrutar de lo que antes nos hacía disfrutar o de lo que debería hacernos disfrutar.

¿ Cuántas veces has dicho algo parecido a esta frase’: “ Tengo que volver a hacer las cosas qué me gustan”.  ¿ Cuántas actividades que hacías antes has abandonado por esa supuesta falta de tiempo ?.

Hay etapas de nuestra vida en las que perdemos ese espacio y ese tiempo de actividades que nos llenan; volver a recuperarlas es fundamental para compensar ese trajín diario. De nuestra lista diaria de “cosas que tengo que hacer” deberíamos ser capaces de eliminar obligaciones que no lo son y dejar espacio para esas pequeñas cosas que le dan valor a la vida.

La manera de vivir.

Son muchas las veces en las que nos vemos sumidos en una carrera continua. A contrarreloj, donde el tiempo es el que nos controla y no al contrario. Nos obsesiona organizar cada minuto del día y nos hacemos comentarios de este tipo: “ Me faltan horas en el día” o , éste otro, “ ! Oh, sí el día tuviera más horas ! “.

Hasta que llega un día en el que empiezas a reflexionar sobre si, verdaderamente, es ésta la forma de vivir qué deseas y empiezas a preguntarte si las cosas importantes de la vida también deben ser cronometradas.

Una de las “características ” de nuestro estilo de vida es estar ,siempre, ocupadas. Es verdad que al cabo del día es mucho lo que hay que hacer.

Pero, a veces me pregunto si es posible que confundamos el hecho de estar muy atareadas y escasas de tiempo con demostrarnos la cantidad de cosas que podemos llegar a hacer. Ese tener llenas nuestras horas de obligaciones dadas y las que nos damos a nosotras mismas nos deja diciendo: “No tengo tiempo, tengo demasiadas cosas que hacer”.

Puede que todo esto tenga que ver con el hecho de haber crecido en la idea de hacer y no concebimos estar ni un minuto sin hacer nada. En la de pensar y nos cuesta estar 5 minutos con la mente en blanco y en la de tener más, en lugar de tener lo necesario.

Sé consciente del ahora.

Entonces empiezas a tomar conciencia de cómo inviertes tu tiempo, a cuestionarte si realmente el tiempo que dedicas a las personas que te rodean,a las que quieres y a ti misma; es de calidad o no.

Pero,¿ Cómo conseguir pasar de un estilo de vida ajetreado y estresante, sometido a los horarios a un estilo de vida más tranquilo y equilibrado en el que volver a disfrutar de las cosas sencillas?.

Está claro que depende de una misma disfrutar del presente y no sentirnos subyugadas por las obligaciones continuas; de ser capaces de poner calma al ajetreo diario. Queremos llevar una vida organizada donde todo esté bajo control y establecido, sin dejar espacio para la improvisación. Donde creemos que ser organizados significa hacer más cosas en menos tiempo, en lugar de aprender a priorizar y a decir no cuando es necesario.

Es cierto que esto es algo que se tarda en aprender,pero llega un momento que tienes que pensar en que decir que si no siempre trae consecuencias positivas.

A todo lo que pretendemos llegar no llegamos y no se acaba el mundo porque eso ocurra. Vivir estresados y estar corriendo a diario es un desgaste a todos los niveles que puede pasarnos factura.

Hay muchas acciones y actividades que no podemos dejar de hacer, pero cuántas otras si. Hay que pararse a pensar en si nos compensa esa cantidad de obligaciones que nos creamos, en si merece de verdad la pena dedicarles tiempo. En sí verdaderamente merece la pena tener en los labios de manera continúa la frase: “Tengo que hacer….”.

Siempre me ha gustado llevar una vida sosegada, donde poder saborear los momentos con sencillez y sin excesos. Esto no quita a día de hoy que no me estrese o esté demasiado ocupada y que consiga relajarme con facilidad.

Aunque sí con los años he aprendido a ser selectiva con mi tiempo y consciente de cómo lo invierto, consiguiendo eliminar siempre que puedo las presiones de la vida diaria. He ido aprendiendo la cantidad de tiempo que perdemos en tonterías y en dar importancia a cosas y a personas que no la tienen.

Ni es sencillo ni todos los días son iguales, pero hay que aprender a disfrutar de esas pequeñeces que nos ofrece la vida y que nos llenan tanto.

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Disfruta de esos pequeños momentos.

Éstas son las 13 cosas sencillas de las que disfrutar, pero hay tantas más.

1.Disfruta de un desayuno tranquilo.

Sé que no siempre es posible, pero cuando lo sea saboréalo al máximo. A mí me gusta mirar por la ventana mientras tomo el café. Durante el fin de semana procuro disfrutarlo en mi terraza, escuchando a los pajaritos o mirando las filas de hormigas pasar.

2.Practica  hobbys.

Recupera aquellos que tanto te relajaban, dime ,¿Cuales eran ?. Los míos son dibujar, coser, pintar,leer,escribir y el bricolaje en general. Ya he recobrado el hábito de coser que dejé abandonado y ahora voy a recobrar el del dibujo.

3.Prepara la comida para disfrutar de ella.

Sobre todo de la compañía y de la conversación de tu gente. Esto es algo que a mí me cuesta hacer porque nunca he disfrutado al preparar la comida. Por eso hago comidas sencillas, no soy de recetas elaboradas, porque no quiero que se convierta en estresante.

4.Sal en bici con tus niños.

O con tus amigos, con tu pareja o sola. Nosotros tenemos la suerte de tener carril bici donde vivimos, así que lo aprovechamos a tope.

5.Abandona el reloj.

Hazlo el fin de semana y todas las veces que puedas porque en realidad no lo necesitas. Te darás cuenta que, aún sin tenerlo puesto en la muñeca eres capaz de calcular la hora.

Por favor, hay algo más placentero que no tener que despertarte con la dichosa alarma. Te confieso que hace al menos 6 años que dejé de usar reloj de pulsera y sigo llegando puntual a todos sitios.

6.Ordena tus cosas.

Es un proceso que te traerá concentración,estarás tú y tus cosas; nada más. Al ordenar de manera consciente vas analizando cada una de tus pertenencias y no sólo acabas decidiendo sobre que hacer con ellas o cómo colocarlas. Sino que también tu mente se abre,se renueva y ves con claridad lo saludable que es abrir espacio en ella.

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7.Abre las ventanas.

Por la mañana abre las ventanas, sé consciente de ese momento cada día es distinto al otro a pesar de que las rutinas se repitan..Aprovecha para nutrir tu alma y llenar tus pulmones de aire matutino.

8.Relaja tu mente.

Al levantarte estira la columna vertebral,cierra los ojos; respira y expira con lentitud desde debajo del ombligo.Repite 3 veces.Verás como inicias el día con más calma.

9.Lee un libro

Y consigue enterarte de la historia. Cuantas veces habré estado leyendo y mi cabeza ha empezado a organizar el día siguiente. ¿ Te pasa a ti , también?. Aquí tienes mi selección de los libros que disfruto leyendo.

10.Déjate llevar por tus pensamientos

Que tu cabeza se vaya a la luna, se una lunática por unos minutos. Dedica un rato a la contemplación, da igual que se te ponga cara de boba.

11.Planta una maceta

Y observa como crece, bueno a veces no ocurre pero no pasa nada. Puede ser de lo más placentero ,sobre todo, si lo haces con tus niños porque les encanta participar en los trabajos de jardinería. De un tiempo a esta parte tengo muy buena mano con la jardinería.

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12.Pasea mientras escuchas música.

Me encanta ir a pasear mientras escucho música, dándome el aire fresco en la cara. Porque me imagino protagonizando mi propio videoclip, mientras hago play back con la canción. Además, éste es uno de mis momentos de relajación y desconexión.

13.Limita las listas.

Esas listas interminables de cosas por hacer, está en nosotras ponerles límites. Yo soy de esas organizadoras natas que necesitan tenerlo todo controlado y a la que le horroriza no poder acabar todo lo que tenía planteado. Pero hago el esfuerzo por no dejarme llevar.

Hay que tomarse el tiempo necesario para disfrutar, elegir lo que nos hace crecer como personas. Para volver a controlar nuestro tiempo, aprendiendo a echar el freno.

Porque las prisas no son buenas consejeras, como dice el refrán. Debemos volver a lo simple a lo que nos procure bienestar, a disfrutar del placer de las pequeñas cosas. La vida hay que saborearla. Aunque no siempre es dulce y, a veces, se vuelve amarga, hay grandes razones para disfrutarla.

¿Te has sentido alguna vez controlada por el tiempo?,  ¿ Qué haces tú para evitarlo?. Son tantas las veces en el que nos vemos sumergidas en este torbellino..

Cristina, Consejera de orden, visual merchandiser y creadora de ordenyespacios.com

Autora de Aligera tu casa Simplifica tu vida y 5 Semanas para ordenar tu casa.

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¡Nos vemos pronto!.

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